¡Hola!

Somos Francesca y Mattia

En la vida diaria, al menos.
Porque cuando entramos en el estudio, nos transformamos en Kosy: como superhéroes, pero sin capa… con delantal, barro y manos sucias.

Descubrimos la cerámica en un momento bastante oscuro, de esos en los que necesitas apagar el mundo un rato, y funcionó. Entre bizcochos rotos, esmaltes por el suelo y formas que no salían como esperábamos, empezamos a sanar.

Nuestro primer amor fue el torno, pero con el tiempo nos acercamos también a la escultura y la creación libre. Y también a mezclar nuestros esmaltes. Lo bonito de la cerámica es que no hay errores definitivos: si algo se cae, se transforma. Cada pieza encuentra su forma, a su manera y a su ritmo.

Creamos un poco de todo: piezas sencillas para usar a diario y otras más elaboradas, con texturas, colores y detalles que cuentan algo. A veces son útiles, a veces más expresivas. Pero todas tienen intención, y un trocito de nosotros dentro.

¡ Te esperamos en el taller!